domingo, 22 de abril de 2012

A una princesa

Perdido entre el silencio de seres corrompidos por la codicia, me siento vacío
Delante de mí su cabello de cristal ilumina mi razón
Sus ojos de princesa se encienden al compás de su risa, una sonrisa tan mágica, tan sagrada que el sol se reduce a cenizas
Leyendo poesías que alguna vez prometían esperanza, el reflejo de su imagen es claro, perfecto, como una lagrima de amor recorriendo el rostro de una mujer
Esperare sentado al costado del fuego, con el anhelo de volver a ver sus ojos de princesa, con el anhelo de volver a contemplar su cabello de cristal…..


f.j.m

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