Hola le dije, y sonrío, beso mi mejilla y se alejo.
La mire de espalda y me sentí insignificante.
Es una luciérnaga, frágil, llena de magia, hermosa.
Un ser puro e impoluto y la vez rebelde y impulsivo.
Cobra vida su sonrisa, su arte, su verdad.
El tiempo rebalsa en nuestras manos, y me voy.
Pero su sonrisa, su esencia, me llena, me da vida.
Es una luciérnaga, frágil, llena de magia, hermosa.
f.j.m
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